Qué ver en la Bretaña francesa en 2 – 3 días

Era hora de empezar la última etapa de nuestro viaje por tierras francesas. Dejábamos atrás el Valle del Loira, París y Baja Normandía para adentrarnos brevemente en la Bretaña. He de decir que teníamos en mente recorrer la famosa costa bretona, pero la escasez de tiempo hizo que modificásemos nuestros planes y sacrificásemos la costa por las pequeñas ciudades del interior. Sin duda, habrá que volver para visitar lo que no se pudo en esta ocasión.

Aquí os dejo el itinerario que seguimos, perfecto si queremos visitar la Bretaña francesa en 2 o 3 días.
El primer día en la Bretaña francesa, después de visitar por la mañana el Mont Saint Michel, visitamos Fougeres. Desde aquí nos fuimos a Rennes (en donde dormimos esa noche). La mañana del día siguiente la aprovechamos para visitar la ciudad y al mediodía partimos hacia Quimper, tras ver la ciudad, dormimos en ella. El último día visitamos Concarneau y Pont Avent por la mañana y Vannes por la tarde.
El último día de nuestro viaje, lo dedicamos a Nantes, ya que queda cerca del puerto de Saint Nazaire, en donde embarcábamos en el ferry.

 

 

 

FOUGERES

Aparte de un casco antiguo muy bonito y muy bien cuidado, lo que destaca en esta pequeña ciudad, es su impresionante castillo, la «mayor fortaleza de Europa» (7,50 € con audioguía).
Ocupa el lugar de una fortaleza de madera destruída por los ingleses y data del s. XII. El recorrido dura un par de horas y vale la pena ver los vídeos y escuchar el audio, ya que narran los principales acontecimientos de la famosa guerra de los Cien Años, entre Francia e Inglaterra y que acabaría con victoria francesa y las batallas entre Francia y Bretaña.
La entrada al castillo se hace desde la tienda que está al lado. La muralla está totalmente conservada y se pueden ver varias torres datadas de entre los s. XII y XV. Dentro de ellas podemos observar la ruínas de las vivienda señoriales y los vestigios del primer castillo de madera (s.X y XI) que fueron descubiertos durante unas excavaciones en 1986.
Fougeres

RENNES

 
A pesar del incendio que en 1720 devastó la antigua ciudad y destruyó 845 casas de madera, Rennes no borró su aspecto medieval en el centro histórico.
La Place Les Lices era el recinto medieval en el que se organizaban fiestas y torneos. En ella hay varios palacetes del S. XVII, con sus entramados de madera o piedra, para los caballeros del Parlamento. Todavía en la actualidad, y en dos lonjas metálicas diseñadas en 1869, acoge todos los sábados el segundo mercado de productos alimenticios más importantes de Francia.
La catedral no es muy imponente, pero vale la pena entrar (gratis). Se terminó en 1704 y el coro fue decorado durante la segunda mitad del s. XIX.
Lo que más me gustó de esta ciudad fue la Plaza Cham-Jacquet, con varias casas con sus característicos entramados de madera del s. XVII, así como edificios de piedra levantados tras el incendio de 1720.
Cuenta también con una abadía, varios palacios (entre ellos el del Parlamento de Bretaña), una Ópera, varias iglesias y una piscina acondicionada en 1925 decorada con mosaicos.
La verdad es que esta ciudad nos gustó, pero tampoco mucho, estábamos cansados y hacía bastante calor, así que le dimos un vistazillo rápido y nos fuimos a Quimper.
Rennes – Catedral
                  
Place Les Lices
Place Cham-Jacquet

QUIMPER

Como os decía arriba, este día nos resultó un poco «pesado», el cansancio empezaba a hacer estragos y la motivación era poca, por lo que en Quimper hicimos un poco lo que en Rennes, visita rápida y a descansar.
Lo que destaca en Quimper es su fama en la fabricación de cerámica. Las primeras fábricas se remontan a 1690 y se aprovechaban de los yacimientos de arcilla a las orillas del río Odet.
Su catedral, Saint Corentin, es una de las primeras góticas de Bretaña y se construyó entre los s. XIII y XIV. El centro histórico se extiende frente a la catedral, con varias casas antiguas que sobrevivieron al incendio de 1782.
Quimper
Place du Conrentiu

CONCARNEAU

Lo que destaca, sin duda, es Ville-Close, la ciudadela fortificada del s. XIV y erigida en un islote. Dentro de las murallas es como si el tiempo no hubiese pasado.
Concorneau

PONT AVEN

 
Se levanta en el estuario del río Aven (en otra época recorrido por barcos que transportaban grano, sidra, vino y piedras de construcción) y era conocida como la «ciudad de los molineros». Todavía se conservan algunos de esos molinos que hacen de Pont Aven un lugar con mucho encanto. No esperéis encontrar mucho más que las fabulosas vistas del río  y sus molinos y las casas de piedra del s. XVII y XVIII.
Aquí nos llamó la atención que en la oficina de Turismo no tenían ni planos. Simplemente un A5 en blanco y negro fotocopiado y en el que marcaban con fluorescentes las tres pequeñas rutas que se pueden hacer en el pueblo.
Pont Aven

VANNES

 
Vannes se encuentra en el Golfo de Morbihan, un pequeño mar interior e invadido por el Atlántico hace varios siglos.
A finales del s. XVII, los parlamentarios bretones, exiliados por orden de Luis XIV, le dan un nuevo empuje a la ciudad. Se construyen numerosos palacetes particulares y la ciudad se extiende hacia fuera del recinto amurallado. En la segunda mitad del s. XIX, la ciudad se transforma con la llegada del tren en 1862 y la instalación de dos regimientos de artillería.
La antigua muralla y los bastiones del s. XII-XIV constituyen uno de los complejos fortificados más interesantes de Francia. El foso se transformó en un precioso jardín por el que pasear hasta llegar a los lavaderos  construidos entre 1817 y 1821.
La catedral de Saint Pierre posee varios estilos, desde su campanario románico hasta la fachada neogótica.
Destaca la Place des Lices, urbanizada en el s.XIV y en dónde tenían lugar las justas y torneos organizados por el dique de Bretaña. Los miércoles y los sábados se instala en la plaza, un mercado.
Cerca de la Place Valencia y en un cruce de calles, se encuentra la casa de Vanes y su mujer, en donde se encuentras sus bustos esculpidos en granito, en el ángulo de una casa con entramado de madera del s. XVI.
Las Rue de Halles y de Saint Salomon son el centro de la ciudad medieval , con varias de sus típicas casas, al igual que la place Henri IV.
Esta ciudad me gustó mucho, porque aunque pequeñita, conserva esa esencia medieval que la caracteriza. Desde allí nos fuimos a la cercana isla de Conleau para disfrutar de un atardecer precioso. Se recomienda hacer a pie, pero nosotros estábamos cansados y era un poco tarde, por lo que fuimos en coche. El paseo os llevará sobre 2 horas  y media (ida y vuelta). La isla fue unida a la costa por un dique a finales del s. XIX. Es un paseo muy apreciado por los habitantes de Vannes, además de ser la única playa de la ciudad y el embarcadero para la isla de Arz.
Vannes
Place Gambetta
Casa de Vannes y mujer
                     
                     
Foso convertido en jardín
Lavaderos
Isla de Conleau (Vannes)

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

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12 comentarios en «Qué ver en la Bretaña francesa en 2 – 3 días»

  1. Vayas por donde vayas de Francia es como viajar a la época medieval, no dudes que me copiaré vuestro viaje para el futuro porque habéis visto un montón de cosas y como siempre todo muy bien explicado… Estos últimos días también los has aprovechado al máximo, ya espero la entrada de Nantes.

    Un abrazo !!!

  2. Pues si que dio de sí el día!!!
    Tengo unas ganas enormes de visitar el norte de Francia así en coche como vosotros, pero desde Madrid, me parece tal palizón… pufff!!!
    Por cierto, qué cutres en Pont Aven que no tenían planos más que en fotocopias!! jejeje
    Un abrazo

  3. Sólo con ver las crepes ya me he enamorado de la zona, no podía abrir mejor el post! jejeje. Es una zona a la que tengo ganas y por cercanía voy dejando. Tiene unos pueblos preciosos que seguro merecen la pena visitar. Las fotos son geniales.

    Saludos!

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