Visita a los Amish de Lancaster

Una visita que os recomendaría que nos os perdiérais sería recorrer el condado de Lancaster, en Pensilvania, en dónde podréis encontraros con los amish.
Algo que me llamó la atención es que viven totalmente integrados con los «ingleses», como ellos mismos llaman a los que no son amish. Antes de este viaje, pensaba que vivían en una zona en concreta, pero al ir pasando con el coche por los numerosos pueblos del condado, pudimos comprobar que en una granja había tractores y electricidad y en la de al lado no había ni rastros de cable y estaban aparcados los conocidos carros tirados a caballos de los amish, los buggys.

 

 

 

Los amish tienen una premisa: «estar en el mundo sin ser del mundo». Aunque puede haber cambios en sus vestimentas y costumbres, hay dos cosas que nunca cambian: viven sin electricidad (aunque utilizan el gas propano para algún electrodoméstico) y no conducen coches. En el condado de Lancaster viven unos 30.000 amish, aunque esta población se duplica cada 20 años.
Su historia comenzó con Jacob Amman, un líder menonita suizo, que creían que esa corriente se estaba volviendo demasiado liberal, por lo que en 1693 fundó su propia religión. De su apellido, Amman, viene el nombre con el que se les conoce a sus seguidores, amish. Los amish son también anabaptistas porque bautizan solamente a los adultos, nunca a los bebés.
Al principio fueron perseguidos y muchos arrestados e incluso asesinados. Desde Suiza se fueron al valle del río Rin en Alemania, pero allí tampoco se libraron de las persecuciones. Por este motivo, a principios de 1700, William Penn les invitó junto con otros grupos religiosamente reprimidos a asentarse en la colonia estadounidense que estaba formando, Pensilvania. Allí llegaron alrededor de 1720 y en 1740 se mudaron a uno de los condados del nuevo estado, Lancaster.
Al ser perseguidos, nunca construyeron iglesias públicas y esto sigue siendo así en el presente, por lo que se reúnen, turnándose, en sus propios hogares un domingo cada 15 días,. Los amish cuentan con un obispo, dos ministros y un diácono, que son seleccionados por una especie de sorteo. No se les paga por esta tarea, no reciben una educación especial y conservan el cargo de por vida. En estas ceremonias, los asistentes son separados por sexo y los himnos y sermones son en un dialecto del alemán, empieza sobre las 8.30 de la mañana y acaba sobre las 12.00. Después de esta ceremonia, se sirve un almuerzo. Dos veces al año se celebra la comunión, que es la única ceremonia en la que se recolecta dinero, que es guardado en un banco y repartido entre las familias que cuenten con pocos recursos.

 

 

Es raro ver comprar a los amish productos que ellos mismos pueden cultivar o suministrarse, sin embargo sí que venden sus productos a las tiendas locales.
La cocina es el centro de reunión de la familia y los niños van a una escuela amish, pero sólo hasta octavo grado, no continúan ni con la educación secundaria ni mucho menos con la universitaria.
Hay muchos amish que viven de la agricultura, pero otros trabajan para «ingleses». Pocas viviendas tienen teléfono y si lo tienen es para fines comerciales (pedir más alimentos o suministros). Algunos disponen de teléfonos móviles, pero sólo pueden ser utilizados por temas laborales y nunca podrá estar dentro de la casa, sólo en el establo.

 

 

 

 

Como comprobaréis, en esta entrada no hay fotos en los que se les pueda ver la cara y es que los amish siguen literalmente el segundo mandamiento («no te harás escultura ni imagen alguna») y las fotografías de rostros están prohibidas. Por este motivo y como muestra de respecto hacia ellos, no hicimos apenas fotografías, únicamente de los coches de caballos que conducen. Nos quedarán gravadas en nuestras retinas ese niño bajando del buggy, las niñas cons sus cofias apoyadas en la parte de atrás de los coches de caballos….
El tema del vestuario es bastante complejo, pero suelen vestir casi iguales, las mujeres con vestidos y cofias de un solo color (a partir de la adolescencia las mujeres no pueden llevar botones y su ropa se une con alfileres) y los hombres con camisa blanca y pantalón negro. Las bodas suelen celebrarse entre octubre y diciembre, en casa de la novia y no hay anillos, ni flores, ni vestidos especiales. El divorcio no está permitido y un amish sólo podrá casarse por segunda vez si su cónyuge ha fallecido.
Esta son las bicicletas amish. Cuando íbamos conduciendo nos encontramos con dos chicos que iban en una de ellas, pero no nos dió tiempo a hacer un vídeo. Es bastante curioso

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pueda que esta entrada os parezca un tostón, pero el tema de los amish me parece muy interesante y antes de nuestra visita a Lancaster apenas sabíamos nada de ellos. Gracias a la visita que hicimos a la Granja-Museo, The Amish Farm and House, (8,95 $) pudimos aprender un poco más sobre ellos y lo expuesto arriba es un pequeño extracto de lo que aprendimos.
Nosotros os recomendamos que visitéis una granja museo como la que visitamos nosotros, en dónde os podrán explicar muchas cosas sobre los amish. La que visitamos nosotros se encuentra en 2395 de Lincoln Highway East, en Lancaster. A nosotros nos costó encontrarla porque en realidad no está en esta carretera, si no metida un poquito hacia dentro. Como referencia, en cuánto veáis el puente de madera cubierto, girad, porque este puente está pegado a la granja.

 

 

 

Dónde te los puedes encontrar? Nosotros lo que hicimos fue coger el coche y dirigirnos a algunos de los pueblos con mayor presencia amish (Paradise, Bird in hand, Intercourse….en las carreteras 30 y 340). Tuvimos suerte porque llegamos un domingo y justo ese día les tocaba reunirse para su «misa». A muchos quilómetros de distancia de dónde esperábamos encontrárnoslo empezaron a aparecer coches de caballos y no nos lo podíamos creer. El primero que vimos nos dejó impresionados. Sabes lo qué te vas a encontrar, pero cuando te pasa un coche de caballos tirados por un amish piensas que te has traladado a otra época.

 

 

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

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17 comentarios en «Visita a los Amish de Lancaster»

  1. A mí no me ha parecido nada tostón la entrada! Es más me ha parecido interesantísima porque no sabía ni la mitad de cosas que cuentas, como de dónde procedían ni que no tenían iglesias…
    Un abrazo

  2. De tostón nada! me parece de lo más interesante… No tenía ni idea de esta gente. Es alucinante que en un pais como Estado Unidos haya este tipo de sociedad… aunque tampoco tan raro teniendo en cuenta otras… Que en EEUU se puede ver de todo.

  3. De la poca información que tenía sobre los ammish siempre pensé que eran unos "bichos raros" hasta que los conocí y me di cuenta que quizás los extraños somos nosotros. Viven de lo que cultivan sin meterse con nadie y quien sabe, tal vez ese sea también nuestro destino.

    Un abrazo !!!

  4. Ha sido muy interesante todo lo que cuentas. Siempre me ha llamado mucho la atención la vida que llevan, debe ser como vivir en otra época.
    A propósito, yo también ví la película "Único Testigo" que me gustó bastante por entonces.
    Un abrazo!

  5. Me da mucha curiosidad esta comunidad tan sui generis, así que no me parece un tostón la entrada, sino todo lo contrario. No sabía lo de que no pudiesen usar botones, qué cosas más raras!! a ver cuando tengo la oportunidad de verlos en vivo y en directo, debe impactar! Un beso!

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