Qué ver en Philadelphia

Este fue nuestro último día en Estados Unidos y lo aprovechamos para visitar por la mañana la ciudad de Philadelphia, conocida cariñosamente como Philly.
Philadelphia es la quinta ciudad más poblada del país y fue fundada en 1682. Como os decíamos en el post anterior sobre los amish, William Penn fundó la ciudad como un refugio de tolerancia religiosa, por lo que le dió el nombre griego de ciudad del amor entre los hombres.
Se puede decir que esta ciudad es la cuna de América y al haber sido la primera capital del país, en ella se ubicó el primer jardín botánico, la primera compañía de teatro….
El día anterior habíamos entrado en la ciudad por el Museo de Arte, en cuyo lateral se encuentra la estatua del famoso personaje de Rocky Balboa, interpretado por Silvester Stallone. No había parking cerca y sólo queríamos hacernos la típica foto friki, así que dejamos el coche en línea amarilla enfrente del museo, nos fuimos corriendo a la estatua, nos sacamos la foto y para el hotel.

 

Nuestro hotel estaba en el centro histórico de la ciudad por lo que pudimos aprovechar bastante bien la mañana, aunque al ir tan justos de tiempo no nos dió tiempo a ver el símbolo de la ciudad, la Liberty Bell y es que a pesar de ser bastante temprano ya había una cola de considerable longitud y tuvimos que decidir entre perder horas en la cola y ver la campana o dejar de verla y recorrer un poco la ciudad. La decisión está clara, no?
Nuestra última cena estadounidense

 

A la mañana siguiente, nuestra primera parada fue la Washington Square, con su estatua al soldado desconocido y casi enfrente la Independence Square y el Independence Hall, gratuito. En este edificio de 1732 se firmaron la Constitución y la Declaración de Independencia y fue en donde el Segundo Congreso Continental tomó la decisión de rebelarse contra el imperio británico y dió a George Washington el mando de los ejércitos. La visita es gratuita y guiada, pero antes de entrar al Independence Hall tendrás que ir al centro de visitantes a recoger tu entrada.

 

 

 

 

 

Nosotros no nos dimos cuenta de esto porque no vimos ninguna señal y nos fuimos directamente al Independence Hall. Nos dijeron que esperásemos a un lado hasta que hubiera entrado toda la gente que tenía para esa hora y que si quedaba sitio libre podíamos entrar con ellos. Y así fue. Nos dió un poco de rabia porque había gente que sí que tenía entrada, aunque para más tarde, y tuvieron que esperar al siguiente turno, mientras que a nosotros que no teníamos, nos colaron antes que a ellos. La visita es bastante interesante y aunque es en inglés, se entiende bastante bien.
La siguiente visita era la Liberty Bell, pero no pudo ser. Es uno de los grandes símbolos de la independencia y de la abolición de la esclavitud. Se creó para que sonara tras la primera lectura de la Declaración de la Independencia, como símbolo eterno de lo que debería ser aquel país recién formado, pero cuando la quisieron hacer repicar se rompió y se entendió como un mal presagio.

 

 

 

 

 

 

Desde allí nos perdimos por las calles del centro hasta llegar a la calle más antigua de Estados Unidos, la Elfreth´s Alley y muy cerca de ella vimos la casa de de Betsy Ross, la mujer a la que se le atribuye el diseño de la bandera estadounidense con las 13 bandas blancas y rojas y sus 13 estrellas.

 

 

 

 

 

 

Luego nos dirigimos a la plaza de JFK para ver la famosa escultura con la palabra LOVE y ya que estábamos al lado del City Hall nos decidimos a entrar y subir a su torre del reloj.

 

 

 

 

 

 

 

Cuando se planteó la construcción del ayuntamiento, en 1871, era para que fuera la estructura más alta del mundo, pero cuando se terminó en 1901 ya era superado por la Torre Eiffel y por el Monumento a Washington. En lo más alto de la torre se encuentra una gran estatua de bronce de William Penn, de 11,30 metros y 27 toneladas de peso. Es la escultura más grande de mundo erguida sobre un edificio.
Y con esta visita terminaba nuestra estancia en Estados Unidos, nos habría gustado disponer de un poco más de tiempo, pero no pudo ser. Nos habría gustado pasear por Fairmount Park, un gran parque de más de 9.000 acres con un montón de senderos, parques, museos, casas históricas….y lugar de celebración de la Exposición Universal de 1876 o el Laurel Hill Gardens, del s. XIX, con sus mansiones abiertas al público…
Aunque esta ciudad tiene muchos edificios bonitos, en general la vimos muy descuidada. En cuanto te sales un poquito del recorrido turístico te encuentras con edificios abandonados, en ruínas….Lo que nos llamó muchísimo la atención fue la gran cantidad de aparcamientos que hay. En cada esquina había uno!
Nos acercamos al parking concertado del hotel a recoger nuestro coche y pusimos rumbo al Federal Circle del aeropuerto JFK en dónde teníamos que entregarlo antes de las 18 h. Aquí tuvimos la última aventurilla del viaje, ya que nos equivocamos en la salida del puente Verrazzano (el que une Staten Island con Queens) y dimos algo más de rodeo, a lo que le sumamos un poco más tarde un gran atasco. Por si eso fuera poco, teníamos que entregar el coche con el depósito lleno y no encontrábamos ninguna gasolinera, por lo que buscamos una en el Tomton y nos llevó a una, pero los minutos seguían pasando y al final nos bajamos del coche a las 17.45h. Bajamos las maletas, nos hicieron la revisión de turno comprobando que todo estaba bien y nos fuimos a coger el Air Train que nos dejaría en nuestra terminal.
He de deciros que todavía no me quedó muy claro el sistema de pago del Air Train, en esta ocasión y al contrario que el primer día no tuvimos que pagar por él. Me imagino que por haber  entregado el coche en el mismo aeropuerto, pero la verdad es que es una incógnita.
Facturamos y pasamos el control de seguridad con algún que otro problema y es que para no romper la rutina que me acompaña cada vez que vuelo, me llevé un cacheo por el mismo precio.
Nada más despegar nos avisan de que permanezcamos sentados porque entramos en zona de turbulencias. Estuvimos con ellas cerca de 3 horas. Nos sirvieron la cena tarde porque el avión no dejaba de moverse, cuando empezaron a servirla después de un buen rato, tuvieron que retirarse y al final la acabaron sirviendo con turbulencias incluídas. Yo ya me había tomado mi Biodramina de rigor, pero tuve que tomarme otra y aún así me costó bastante no marearme. Otros pasajeros no tuvieron la misma suerte y hubo varias vomitonas. Hasta Luismi, que no se marea nunca, tuvo que tomarse una pastilla. Los dos lo pasamos bastante mal pero pudimos cenar un poquito. Y para colmo, sabéis que nos sirvieron de cenar? ARROZ!! Imaginaos, unas turbulencias del copón y nosotros comiéndonos los granitos de arroz que salían volando por todos lados. Creo que la limpieza del avión al llegar al aeropuerto les llevó más tiempo del normal.
Mi cena sin lactosa

 

La cena de Luismi
Después de cenar y medio drogada con mis dos Biodraminas sin cafeína me quedé traspuesta y cuando nos dimos cuenta ya nos estaban sirviendo el desayuno. El vuelo de Madrid a Coruña fue sin incidencias, y al mediodía del día 15 volvíamos a estar en nuestra casita, con muchos recuerdos y muchas ganas de volver a Estados Unidos. Habrá Costa Oeste en 2014? Puede…..
Mi desayuno sin lactosa, con sandwich integral de pepinillo y tomate. Puagh!

 

y el desayuno de Luismi
Y esto fue todo amigos, hasta aquí nuestro viaje por la Costa Este de Estados Unidos, en dónde visitamos Nueva York, Boston, las cataratas del Niágara, Washington, el condado de Lancaster y Philadelphia.
Terminamos la entrada con la última anécdota del viaje y es que cuando recogimos mi maleta en el aeropuerto me dí cuenta de que no tenía candado y de que le faltaba un lazo azul que pone «Galicia» que siempre llevo atado  a ella. No es que sea supersticiosa, pero ese lazo lo empecé a poner en la maleta para diferenciarla de otra igual o parecida en el aeropuerto y ahora nunca me voy de viaje sin atarlo a ella. Al llegar a casa comprobamos que estaba todo, eso sí la poca ropa limpia que traía después de 15 días estaba mezclada con la sucia, los folletos de los distintos lugares en los que habíamos estado andaban por el medio de la ropa, el calzado también estaba fuera de su bolsa, etc y encima de todo esto estaba mi lazo azul, mi candado roto y una nota del Homeland, en dónde me pedían disculpas ya que mi maleta había sido escogida al azar para un control de seguridad.

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

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15 comentarios en «Qué ver en Philadelphia»

  1. Vaya faena lo de la maleta! He leído en otros blogs que para evitar que te rompan el candado o la maleta es mejor llevar un candado TSA que al parecer está homologado.
    Entonces Filadelfia no te gustó mucho? Yo creo que pasaré el mismo tiempo que tú en esa ciudad. O no merece la pena?
    Un abrazo

  2. Juas! Justo el otro día leímos sobre los candados TSA en otro blog (el de Edu y Eri) y ahora leo que te tocó inspección!

    De Philadelphia solo sabía de la estatua de rocky y ahora m doy cuenta que hay mucho mas!! Creo que tendrá que ser para otro viaje…pero tomo nota!

  3. Lo de los candados justo lo leí esta semana en el blog de Edu y Eri. Está bien saberlo para futuros viajes, porque por el precio es más o menos lo mismo y no te lo rompen.
    Filadelfia no nos gustó mucho, lo que es la zona turística (Independence Hall, City Hall…) está cuidada y bonita, pero en cuanto das dos pasos fuera de esa zona, la cosa cambia mucho.
    Yo iría si váis bien de tiempo, pero si váis justitos, igual podríais ir a otro sitio más bonito. No sé, es algo muy subjetivo. Todos los sitios tienen algo que hacen que mínimamente valga la pena visitarlos.

  4. Nosotros estuvimos sólo una mañana en Filadelfia y no nos llamó mucho la atención, me esperaba bastante de los orígenes del país pero al igual que tú sólo descubrí una ciudad apagada y bastante gris, quizás será porque ese día también llovía, jejeje. Lástima lo de la maleta y el lazo azul, seguro que ya has preparado otro para tu siguiente viaje.

    Un besote !!!

  5. Vaya final de viaje más "movido" entre que casi no llegáis, las turbulencias y la maleta… jejeje, pero son gajes del oficio.
    Veo que Philadelphia está chula. Yo a lo de los edificios destartalados le veo su encanto, sí, soy rara, jejeje.
    Un saludo chicos 😉

  6. Carfot, lo de la lluvia afecta más de lo que parece. La primera vez que fuimos a Oporto estábamos en alerta naranja por lluvia y viento y la vimos fea, vieja, descuidada….el año pasado volvimos en verano y nos volvimos con una opinión totalmente contraria a la primera. Estuvimos el mismo tiempo que vosotros, echamos en falta no ver la Liberty Bell, pero no había tiempo. El lazo azul lo recuperé (estaba dentro de la maleta), otra cosa es el candado, que además era casi nuevo.

  7. Helena, bueno, yo también soy un poquito rarita, jaja. Las turbulencias fueron lo peor, 3 horas de movimiento interrumpido, con gente vomitando, la tripulación de cabina que se echaba atrás cuando se ponían a servir la cena porque se les caía todo…..

  8. Hola! Vaya ajetreo de viaje de vuelta sí… Deberían poner una comida más sólida para que en caso de turbulencias no vuelen los granos de arroz jajaja, no sé, un filete o algo así.

    Qué pena que Filadelfia sea tan grisácea, pero bueno habéis visto muchos lugares bonitos en vuestro viaje por la costa Este 🙂

    Un abrazo!

  9. Vaya, pues sí que ha sido movidito el final del viaje. Menuda gracia te tiene que hacer encontrarte toda la maleta revuelta y el candado roto sin saber por qué. No tenía ni idea de que te pueden hacer esto en un control rutinario. Pero en fin, lo que cuenta es el recorrido tan estupendo que os habéis hecho por Estados Unidos.
    Un abrazo!

  10. Qué chungo lo de las turbulencias, yo lo apso mal cuando se mueve el avión, no por mareo, sino por miedo! nunca me han tocado turbulencias de esas, qué cague!! En cuanto a lo de la apertura de la maleta ni me ha tocado, pero he oído que aleatoriamente le toca a una, por eso recomiendan los candados esos universales. En cuanto a Filadelfia he leído más veces que no es ninguna maravilla. Estupenda entrada! Un besote!

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