De Boston a Niagara Falls (Canadá)

Dejábamos atrás Boston pensando más en la siguiente parada importante, que en la noche que íbamos a hacer de camino.
Despidiéndonos de Boston
Acordaros que en las autopistas estadounidenses no aceptan tarjetas, sólo  Cash. En el ticket os aparecerán todas las salidas disponibles, lo que os ayudará a saber el importe y a localizaros un poquito mejor
Ya que el viaje de Boston era bastante largo, decidimos hacer noche de camino a Canadá y el lugar escogido fue Seneca Falls, en el estado de Nueva York.  Waterloo es otro pueblo que queda cerca y que también estuvimos mirando, pero el precio del hotel jugó una baza importante.

Estos dos pueblos, aparte de quedar bien situados para no alejarnos demasiado de la carretera principal, están cerca de uno de los famosos outlets de Estados Unidos. Deciros que llegamos bastante tarde y que faltaba una hora para cerrar, por lo que nuestra «sesión de compras» consistió en entrar en un par de tiendas y listo. No compramos nada, pero si os interesa este tema, en la web os podréis descargar descuentos y promociones, también para hoteles y restaurantes de la zona.

Otra de las razones de escoger estos pueblos es que están en la zona de los Fingers Lakes y aunque vimos uno de los lagos, nos quedamos con ganas de pasar unos días allí.

En esta área de servicio ahora hay un Starbucks, pero hace algún tiempo tuvo lugar en ella un momento histórico

 

De camino nos cruzamos con pueblecitos como los de las pelis

 

 

 

Cuidadín con los semáforos que están situados un poquito más lejos del sitio en dónde tienes que detenerte. Por cierto, con el semáforo en rojo, a veces puedes girar a la derecha. En caso de que no puedas hacer el giro, habrá un cartel que ponga algo del estilo «No turn on red»

 

 

En todas las gasolineras nos autoservimos, pero algunas tenían ciertas peculiaridades. Por ejemplo en esta, el surtidor no empezaba a contar si no se bajaba esa especie de asa negra que aparece en la foto de abajo. Ojo, que la gasolina allí se mide en galones, la de 87 es la más barata.

 

Habíamos leído que eran pueblos muy bonitos, con unas pequeñas cascadas, pero como os digo no nos dió tiempo a más, ya era muy tarde y nos fuimos al hotel para intentar madrugar a la  mañana siguiente para evitarnos las posibles colas en la frontera.
Íbamos un poco nerviosos por si nos «retenían» al entrar en Canadá, pero fue todo bastante rápido y fácil. Hay varios puentes que cruzan los dos países, pero nosotros tendremos que usar el Rainbow Bridge.

 

Lo primero que hicimos fue localizar nuestro hotel e ir a comer. Teníamos muchas dudas entre las atracciones a realizar en las cataratas y al final cogimos el Adveture Pass (unos 40 euros por persona). Este pase incluye el Maid of the Mist (el barco que te acerca hasta las cataratas), el Journey behind the Falls (donde se supone que paseas por detrás de ellas), el White Water Walk (los remolinos que forman) y The Fury, un vídeo en 4D. Nosotros únicamente hicimos los tres primeros, ya que no nos dió tiempo a ver el vídeo por un problema de horarios.

 

Creo que el Journey behind the Falls es prescindible y el vídeo seguramente también, pero el Maid of the Mist y en menor medida el White Water Walk son imprescindibles. Con el pase tendréis derecho a usar el bus que te lleva de una atracción a otra.

 

Totalmente recomendable la iluminación de las cataratas por la noche. Nos habían hablado de los fuegos artificiales, pero el día que estuvimos nosotros, no hubo.

 

Si hacéis estas dos cosas, os habréis hecho una idea más que general de lo que ofrecen estas maravillas naturales, pero nosotros llevábamos apuntadas varias cosillas más que al final no pudimos hacer. Nos habría gustado subir el Spanish Aerocar Whirlpool. Se llama así por que lo creó un ingeniero español llamado Leonardo Torres Quevedo, data de 1916 y se trata de una cabina semiabierta suspendida de un cable que cruza de un lado a otro. Hay también un reloj floral y un fuerte  que fue ocupado por franceses, ingleses y norteamericanos.

 

 

Por las cataratas pasa todo el agua de los Grandes Lagos. Tienen una altura de  52 metros y están situadas a  236 m sobre el nivel del mar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De la parte estadounidense también se disfrutan de buenas vistas, pero desde luego no tan buenas como desde Canadá.

 

A nosotros las cataratas nos gustaron mucho, otra cosa es la ciudad en sí, ya que está fundada para que los turistas nos dejemos el dinero. A cada lado verás «museos de cera», casinos, tiendas de souvenirs y mil historias más. Supongo que es una especie de Las Vegas en pequeñito. No me gustan estos lugares, pero está claro que todo el mundo quiere sacar provecho de algo tan maravilloso y que atrae a miles de personas al año.

 

 

 

 

 

 

 

Ir en el Maid of  the Mist os proporcionará un momento único, con el agua de las cataratas calándote hasta lo más hondo. Los impermeables que te dan al principio de la actividad se quedan un poco cortos. A mi, sinceramente, me dió un ataque de risa porque no podía ni hablar, la fuerza que generan es tan grande que el agua te cae directamente en el cuerpo, pero es algo que hay que hacer.

 

Algo muy distinto es es el Journey behind the Falls. Puede que la culpa fuese mía por llevar unas expectativas demasiadas altas, pero cuando pensaba en ese momento, me imaginaba la escena de El último mohicano cuando huyen precisamente colándose por detrás de unas cataratas.  No pasas por detrás, si no que vas por unos pasadizos de hormigón que desembocan al lado de donde cae el agua. Aquí tuvimos el momento friki del viaje cuando vimos en primera persona como le pedían matrimonio a una mujer.  Por supuesto, dijo sí. Aunque yo creo que si Nostromo me lo pidiese de esa manera le diría que no, jaja. No le veo el romanticismo a que te pidan matrimonio en un túnel de hormigón que parece la salida de una alcantarilla, pero allá ellos…..

 

El White Water Walk en cambio es también recomendable, ya que veréis desde unos centímetros de distancia la fuerza que generan convirtiéndose en unos gigantescos remolinos.

 

El día llegaba a su fin y se merecía una buena cena. El local elegido fue el Boston Pizza en donde comimos de maravilla.

 

 

 

La próxima vez que vayamos por la cena no pensamos dejar escapar unos días en la región de las 1.000 islas, tiene que ser realmente bonita.

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

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17 comentarios en «De Boston a Niagara Falls (Canadá)»

  1. A mí las cataratas de Niágara me gustaron mucho. Son impresionantes y sólo hay una pequeña barandilla y murete separando de la caída.
    Del Journey Behind the falls, a mí me gustaron las vistas desde el mirador, aunque luego los túneles no son nada del otro mundo, es más que nada el sonido del agua…
    Que gracia que vierais una petición de matrimonio, jejeje 😉

  2. Uff, que buenos recuerdos me trae esto, eso si, muy diferente a como lo vivi yo, totalmente helado. De echo, en las fechas en las que nosotros fuims solo se podía hacer el Jorney Behind the Falls, así que nos quedamos con ganas de más. Pero bueno, es lo que tiene viajar en invierno. Aún así, me pareció un lugar impresionante. Otra cosa, como dices tu, es el pueblo. Nosotros cenamos en un mexicano y la verdad es que 100% recomendable. Pedimos una margarita muy rara que no nos gustó nada y nos la cambiaron, nos pusieron la normal y por más que insistimos en que nos cobraran la otra nos dijeron que de eso nada. La verdad es que pasamos un día fantántico y muy frío, jeje.

  3. JO que bonitooooo…. tengo ganas de ir allí.
    La verdad es que los estadounidenses tienen un punto que a nosotros nos parece friki. Yo pasé el 4 de julio en Yosemite y en fin… sin comentarios
    😉

  4. Desde que vi la peli de Marilyn, si esa de Niagara, he querido ir allí, me encantó. Pero al leer tu post aún me dan más ganas de ir.
    Creo que en el túnel una de las paredes la podían haber puesto de cristal para ver las cataratas desde atrás, eso si que sería impresionante.
    Habrá que ir por allí para verlo en directo. Estupendas fotos y buen video.
    Un saludo

  5. Uuuuuuuooo! Qué bonito! Si las cataratas del Rin me dejaron con la boca abierta con estas fliparía jejeje.

    La ciudad muy curiosa, me ha gustado el edificio ese caído con King Kong! Si es que no saben qué inventar ya para atraer turistas 🙂

    Y lo de pedir matrimonio ahí pues tela, seguro que por la zona habría mil sitios mejores jajaja pero allá el hombrecito. Si le dijo que sí… Menos mal!

    Un abrazo grande! 😀

  6. Helena, a nosotros nos parecieron increíbles. Y eso que habíamos leído que la mujer de Roosvelt cuando vió creo que las de Iguazú dijo "My poor little Niagara", jeje.
    Es que si aún le pidiera matrimonio en el mirador del final, pero no, en uno de los pasadizos que hay, va y se lo pide. Si es que…..

  7. María, sí, es caro, pero es algo con lo que ya cuentas. De todas formas, nuestro hotel nos salió barato, es cuestión de mirar un poquito y tener suerte. A mi no me gustó el negocio que se formó a su alrededor, pero las cataratas en sí son espectaculares!

  8. Hacía días que tenía esta entrada pendiente. Preciosas las cataratas, qué ganas de visitarlas, tiene delito que siempre me quede en NY, me atrapa esa ciudad, ja ja, pero la próxima vez iré, lo prometo; ver esa cantidad de agua cayendo pone los pelos de punta, al menos a mí en Iguazú se me pusieron y estas son muy parecidas por lo que veo en cuanto a espectacularidad. Digo yo que con lo impresionante que es el sitio vaya tela donde el maromo le pidió marimonio a su chica, jaja. La cena tiene buenísima pinta. Un besote!

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