Qué ver en Berlín en 3 días?

Berlín es una ciudad tan grande que puede hacer sentirte muy pequeñita. Esa fue la sensación cuando salimos del metro en la gran Alexanderplatz. Tardé unos segundos en desestresarme y orientarme ante la multitud de turistas que pululaban por ella a esas horas de la mañana. Pero una vez que respiras hondo y te centras, Berlín te será muy fácil de visitar y casi todos sus puntos de interés se encuentra en el barrio Mitte, el núcleo histórico de la ciudad
Lo primero que hicimos fue dirigirnos a la oficina de Turismo que está en los bajos de la Fernsehturm (la torre de televisión) para canjear la Berlin Welcome Card. Es la típica tarjeta turística que te permite usar el transporte público y abaratar las entradas a ciertos monumentos. Nosotros cogimos l de 3 días con la Isla de los Museos y su precio fue de 40,50 €. Y sí, sale rentable!
DÍA 1
El primer día de Berlín consistiría en andar, andar y andar. Creo que es la mejor forma de conocer la ciudad y ya habría para tiempo para usar el metro en los días siguientes. En total (y medidos aproximadamente por Google Maps, hicimos unos 10 km), que os dejamos desglosados aquí:
– Alexanderplatz: era el lugar de celebración de las marchas comunistas y es la plaza más grande de Europa. Destaca en ella el reloj universal Urania, de 1969, con una representación del sistema solar y que marca la hora de las principales ciudades del mundo.
– Rothes Rathaus: el ayuntamiento Rojo se llama así porque su fachada está adornada con 36 relieves de terracota que narran la historia de Berlín.
En sus inmediaciones podemos ver la Marienkirche, la iglesia más antigua de la ciudad, datada de 1270 y reconstruida en 1380.
– Nikolaiviertel, este pequeño barrio es donde se fundó la ciudad. Aquí podemos ver la  Nikolairkriche de 1230, aunque reconstruida tras la guerra en 1987 y una pequeña casa-museo gratuita, la Knoblaucchhaus, del s. x. XVIII, en el 23 de Poststrasse.
– DDR Museum: en la ribera del río Spree y enfrente de la catedral, se encuentra este museo que recreea la vida en la antigua Alemania del Este. Podremos saber más sobre el mítico Trabant (el único modelo de coche que tenían los habitantes del Este), la Stasi…Curiosa es la representación de los pisos de la época, todos iguales también.
– Museuminsel: en la Isla de los Museos nos encontramos con la Berliner Dom y los museos más importantes de la ciudad, el Altes Museum, el Neus Museum, el Pergamon Museum, el Bode Museum y la Alte Nationalgalerie.
Nosotros teníamos la entrada incluida en la Berlin Welcome Card y, aunque siguiendo las instrucciones del folleto, reservamos hora para ellos, no era necesaria. De hecho entramos en el Perrgamon Museum con cita y luego nos fuimos al Neus sin ella y ni nos preguntaron. En todos ellos, tenéis audioguía gratuita.
– Unter den Linden: es una gran avenida del estilo de los Campos Elíseos parisinos. A sus lados nos encontramos edificios imponentes y muchas tiendas de regalos, cafeterías…. Desemboca en la Pariserplatz, con su imponente Puerta de Brandemburgo.
– Bebelplatz: en esta plaza se quemaron los libros considerados «no alemanes» la noche del 11 de mayo de 1933. En el suelo hay una especie de trampilla a través de la que se puede ver una pequeña habitación blanca con estanterías vacías.
Brandeburger Tor: el monumento más conocido de Berlín, la Puerta de Brandemburgo. Como dijimos antes se encuentra en la Pariserplatz. Esta famosa puerta formaba parte de una muralla mandada construir por Federico Guillermo II. Está coronada por la cuadriga de la Victoria. Desde el 13 de agosto de 1961 y hasta la caída del muro en diciembre del 89, quedó abandonada en «tierra de nadie», separada de Berlín Oeste por el Muro y de Berlín Este por la alambrada.
Reichstag: el parlamento alemán fue construido en el s.XIX para albergar la sede del Parlamento del II Reich. Se puede visitar su cúpula, obra de Norman Foster. Para evitar sorpresas, se recomienda reservar por internet. Nosotros no llevábamos reserva y llegamos justo cuando cerraban las taquillas.
– Memorial del Holocausto (Denkmal für die Ermordeten Juden Europas): inaugurado en 2005, se trata de un enorme laberinto formado por 2.711 bloques de hormigón que ocupan una superficie de 19.000 m2.
El Globo aerostático que se ve al fondo es un buen punto panorámico. Se encuentra en las inmediaciones del Checkpoint Charlie y su pega es que permanece siempre en el mismo punto del cielo
– Gedenkort: muy cerca se encuentra el monumento que recuerda a la matanza de los homosexuales durante la dictadura nazi. Es un cubo gris en cuyo interior se muestra la imagen de dos homosexuales besándse.
– Postdamerplatz: esta plaza está rodeada por altos edificios y por restos del Muro. Tiene mucha fama el complejo Sony Center, aunque a mi no me llamó demasiado la atención (por la noche se ilumina y dicen que es digno de visitar)
– Topografía del Terror: se trata de los sótanos de la Stasi. Es una exposición sobre los crímenes cometidos por el régimen nazi entre 1933 y 138. A su lado se encuentra el Dokumentationzentrum, con un extenso archivo compuesto por documentos, fotografías…de la época. Su entrada es gratuita.
– Checkpoint Charlie: era el único paso entre el sector americano y el sector oriental. Hay un museo cerca que muestra la historia del muro.
– Gendarmenmarkt: presume de ser la plaza más monumental y hermosa de la ciudad, aunque nosotros, como en muchos monumentos y calles de Berlín la encontramos tomada por andamios y por los palcos de un posible festival. En ella se encuentran dos iglesias gemelas, la Französicher Dom y la Deutscher Dom, además del Konzerthaus, construido en el s. XVIII como caballerizas y derribas más tarde para albergar una sala para espectáculos teatrales y auditorio.
Desde allí cogimos el metro hasta Schelisches Tor, en donde nos bajamos para ver el puente Oberbaum y la East Side Gallery, terminando el día cenando allí mismo, al lado del río Spree, en el Pirates.
La East Side Gallery es el tramo más largo del muro que ha sobrevivido. Es 1,3 km convertido en un enorme lienzo lleno de graffitis. El más conocido es el Beso entre Breznev y Honecker de 1990. Nosotros llegamos a la East Side Gallery cruzando el Oberbaumbrücke, un puente de ladrillo con murallas almenadas y dos torres construido en 1896.
DÍA 2
 
El segundo día en Berlín decidimos acercarnos a la cercana ciudad de Potsdam, de la que os hablaremos próximamente y ya por la tarde y tirando de metro, fuimos viendo aquellas cosillas que nos habían quedado pendiente el día anterior.
Una de ellas era la calle Bernauer, en donde paseamos por el Gedenkstäte Berliner Mauer, un memorial al aire libre en donde se conserva un largo tramo restaurado del muro y también un Dokumentationzentrum, un centro de documentación dedicado a la memoria de los que trataron de escapar por encima del muro. Precisamente esta calle es conocida porque el muro quedaba a la altura de muchas de las ventanas de los edificios y hubo gente que consiguió cruzar el muro. Hay fotografías y relatos estremecedores, desde una señora de gran edad saltando por la ventana hasta la foto de unos recién casados debajo de la ventana de sus padres que no habían podido asistir a la ceremonia por estar del otro lado del Muro.
Cogimos el metro y nos fuimos a lo que queda de la iglesia Kaiser Wilhelm Gedänchtniskirche. Dañada durante la II Guerra Mundial la han dejado «sin restaurar» como memorial
DÍA 3
 
Nuestro objetivo principal este día era la visita del Neus Museum, sobre todo por su colección de Prehistoria e Historia Antigua y el busto de Nefertiti, del 1340 a.c. y el Pergamon Museum, constuido para albergar en él el Altar de Pérgamo, así como la Puerta del Mercado de Mileto, la Puerta de Ishtar o la vía de las procesiones de Babilonia. Posee una importante colección de arte islámico.
Aprovechamos también para ver los centros de documentación de la Topografía del Terror y de la calle Bernauer que no nos habían dado tiempo el día anterior, así como una pequeña exposición en la Hamburger Banhof sobre las vías y estaciones cerradas mientras que la ciudad estuvo dividida en dos.
Y para terminar el día y nuestra estancia en esta ciudad, subimos a la Fersehturm, la torre de televisión construida en la década de los 60 del siglo pasado y que tiene una altura de 310 m, poseyendo a los 205 m una cabina de acero de 32 m de diámetro que gira sobre sí misma cada hora. En el mirador hay una pequeña barra para tomarte una bebida mientras esperas y si tu poder adquisitivo te lo permite, podrás cenar unos metros más arriba.

Berlín no estaba en mi lista de destinos a corto plazo y es que no me llamaba mucho. Una vez visitada, he de decir que es una ciudad que me encantó y a la que tengo ganas de volver en unos años, para ver si tengo más suerte y las estaciones de metro que están construyendo están terminadas y hay menos edificios decorados con andamios de obra.

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

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9 comentarios en «Qué ver en Berlín en 3 días?»

  1. Vaya ánimos me das con los andamios jajaja pero bueno xD es lo que hay…
    En nuestro caso si que saldremos bastante del centro, ya sabes… a ver rarezas de las nuestras xD
    A la espera de que nos cuentes sobre Postdam 😉

  2. Revisad un poco los nombres de los sitios, hay bastantes con erratas, además de alguna cosa más, como que había más pasos entre las dos zonas, que lo que hay en Gendarmenmarkt no son iglesias, el nombre viene por la cúpula…Se nota que no hablas alemán 🙂

  3. Anónimo, las críticas constructivas siempre vienen bien. Lástima que te ocultes bajo el anonimato absoluto, ya que así no puedo agradecértelo personalmente.

    No somos expertos en la historia ni arquitectura de Berlín y los datos de este post proceden de varias guías de turismo.

  4. Según nos explicaron a nosotros en una ruta guiada que hicimos por Berlín, las obras son muy habituales en la ciudad y es raro verla sin ellas. Por cierto, os cundió bastante los tres días! A mí me faltó tiempo para ir a Postdam.
    Un abrazo

  5. Mari Carmen, la verdad es que ir a Postdam fue un error por nuestra parte. Perdimos mucho tiempo, nos pusimos de mal humor porque tardamos mucho en llegar y, al final, sólo le dedicamos la mañana y por la tarde nos volvimos a Berlín.

    Ya me imaginaba lo de las obras, porque tal cantidad de ellas no podía ser algo puntual.

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