Brión, en la comarca de Santiago es perfecto para caminar en plena naturaleza. Dispone de varias rutas de senderismo que podéis descubrir en la web del concello de Brión.
Nosotros realizamos una bastante pequeña hasta la fervenza o cascada de Pozo Negro, y desde allí podemos unirnos a otras rutas más largas. Si queremos hacerlas desde el principio, algunas salen de la carballeira (robledal) de Santa Minia, pero rondan los 20 km y a nosostros ese día únicamente nos apetecía ver la pequeña fervenza de Pozo Negro y caminar poco.
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Fervenza de Pozo Negro
Lo más cómodo para llegar a la Fervenza de Pozo Negro de Brión es aparcar en las inmediaciones de la iglesia de Santa María de Ons (42.889850, -8.737456) y desde allí seguir las indicaciones.
Este salto de agua no es tan impresionante como otros que nos encontramos en Galicia, ya que apenas son 6 metros de altura, pero vale la pena por el emplazamiento en el que se encuentra.
Ojito con las bicis porque por lo que pudimos ver, es una zona con mucho aficionado a la BTT.
Torres de Altamira
La segunda parada del día eran las Torres de Altamira, cerca de otra iglesia, en este caso, la de San Fins de Brión, que se empezó a construir en 1731. Aunque esté cerrada, se puede apreciar su interior desde las rendijas de la puerta principal.
Las Torres de Altamira era un antigua fortaleza del S. IX, construida sobre los restos de un castro. Fue destruida por las Revoltas Irmandiñas al igual que muchos castillos y fortalezas gallegas en el s. XV, aunque fue reconstruida, volvió a quedar en el olvido y hay constancia que en el s. XIX sus piedras valieron para construir algunas de las casa de la zona o incluso el templo de Santa Minia de Brión.
Permanencen en pie los restos del antiguo palacio con fachada gótica y la Torre del Homenaje. En su momento estaba protegida por fosos y 6 torres, con una capilla dedicada a los Reyes Magos y una cisterna que aún se puede ver hoy en día. Desde las Torres de Altamira se observan unas buenas panorámicas del Valle de A Amaía que inspiraron a Rosalía de Castro, Valle Inclán o Castelao, entre otro.. Se cree que este topónimo está directamente relacionada con la tribu prerromana de los Amaeos. Hay un dicho que es » A Amaía pásala con día», para poder disfrutar de todo lo que tiene que ofrecer y no perderte nada por la oscuridad de la noche.
Bastavales y la Ruta Rosaliana
La Ruta Rosaliana comprende los ayuntamientos de Ames, Brión y Padrón y si seguimos sus pasos, seguiremos los que algún día, recorrió la gran Rosalía. Hay un poema suyo muy conocido que habla de las campanas de Bastavales:
“Campanas de Bastavales,
cando vos oio tocar,
mórrome de soidades”
Las campanas de Bastavales se encuentran en la iglesia de San Xiao o San Xulián de Bastavales.
Castro Lupario
En Bastavales se encuentra lo que queda (muy poco) del Castro Lupario. Cuenta una leyenda medieval que aquí vivía la reina Lupa, cuando los restos del apóstol Santiago llegaron a Galicia. El Castro Lupario fue la capital de la tribu citada más arriba, los Amaeos.
Para llegar al Castro Lupario, podemos dejar el coche en el área recreativa de Ponte Paradela, con el Río Tinto y su pequeño puente de estilo romano (42.815615, -8.627048).
Una vez aparcados, vemos las señalizaciones que nos indican que estamos cerca de uno de los pazos que más nos gustan de Galicia, el Pazo de Faramello, en el concello de Rois.