Budapest en tres días

Tras haber recorrido en 10 días Praga, Viena, Bratislava y Budapest, y haberos contado nuestras estancias de 3 días en Praga, 2 días en Viena y 1 día en Bratislava, llega el momento de hablaros de nuestros 2 días en Budapest. Sí, no dan los días, pero hemos intentando ajustar los artículos al tiempo pasado realmente en cada ciudad, descontando los tiempos de traslados.

Budapest en tres días

Cómo llegar a Budapest y a su aeropuerto

La llegada fue como en el resto de ciudades, escogiendo el tren como medio de transporte. Habíamos comprado los billetes a nuestra llegada a Viena. Como recordaréis, los compras y tienen una validez de 48 horas, hasta que lo validas en el tren (49,80 €/persona). Si queréis asiento asignado, tendréis que comprarlo a parte por un precio de 3 euros/persona. Todos los billetes los compramos con OEBB.

Para llegar desde la estación de trenes a nuestro hotel usamos el trolebús (0,91 céntimos). Los billetes se tienen que comprar en las máquinas expendedoras. Justo a la salida de la estación de trenes, hay un par de ellas. Y después será fácil que las encontréis en algunas paradas de autorbús y en algunas estaciones de metro. EL bono para 24 horas cuesta unos 4,70 euros.

Para ir al aropuerto hay un bus sin paradas que te lleva desde el centro en una media hora. Se trata del 100E y sale y llega desde /hasta Deák Ferenc, justo donde está la oficina de turismo de la ciudad. El precio es de unos 3 €.

Budapest en tres días: día 1

LLegamos a Budapest desde Viena en tren, en un trayecto de menos de 3 horas. Descansamos un rato en el hotel y nos vamos a la primera parada turística y que es lo que más cerca nos queda del hotel: el parlamento.

Si queréis visitarlo por dentro, algo que nos recomendaron muchas personas y que no pudimos hacer por falta de organización y algo de pereza, es recomendable que reservéis cuanto antes porque suele haber bastantes problemas. A nosotros nos dió pena no poder verlo, pero por fuera no está nada mal. Desde cualquier ángulo y a cualquier hora del día, es un edificio tremendamente espectacular. Ya os decimos que las fotos no le hacen justicia, como suele ser habitual.

Después de darle toda la vuelta al edificio, emprendemos camino hacia el Puente de las Cadenas. Aquí llegó una de las pequeñas decepciones del viaje porque estaba totalmente en obras y no pudimos ver absolutamente nada. Además, al estar cerrado al público, tuvimos que dar ciertos rodeos para llegar al otro lado del río.

Entre el parlamento y el puente, se encuentran Los Zapatos del Danubio. Un monumento dedicado a todos los judíos que eran disparados en parejas y lanzados al río sin ningún miramiento.

Desde la ribera del río nos dirigimos hacia el centro, pasando por la Plaza de Erzsébet, en donde se encuentra la noria de Budapest y deambulando llegamos hasta la Basílica de San Esteban, en una plaza muy animada y en donde decidimos cenar.

Budapest en tres días: día 2

Empezamos el día subiendo la colina del castillo de Buda (si queréis ahorraros la subida, hay funicular). La entrada a los distintos museos es un poco confusa. Nosotros nos dejamos orientar en taquilla y decidimos comprar el ticket combinado para el museo del castillo, varias exposiciones en el palacio y el Saint Stephan´s hall, del que no habíamos oído hablar y que es una auténtica maravilla (11 euros aproximadamente).

Es una reconstrucción de un salón de baile que se encuentra en la renovada ala sur del Castillo. Se puede visitar desde agosto del 2021 y, a nosotros, nos dejó sin palabras. Las entradas son limitadas, con horario preestablecido. En la entrada te dan una tablet donde te explican toda la historia y cómo se reconstruyó.

Tras una larga visita al castillo, repusimos fuerzas en unos de los muchos cafés de Budapest, antes de continuar nuestro recorrido hasta la Iglesia de Matías y el Bastión de Pescadores. Ambos se encuentran en el agradable barrio del castillo. No entramos en ninguno de los dos, pero viendo las vistas gratis desde el Bastión, no creo que valga la pena pagar por estar un metro más adelante. Aunque es cierto que la entrada era simbólica y se compraba en una máquina de apariencia similar a un parquímetro, cerca de las taquillas de la iglesia.

Teniendo en cuenta que ese día habíamos adquirido el bono de 24 horas de transporte público, nos fuimos hasta la Plaza de los Héroes. Cerca de esta plaza se encuentra un lago en donde se puede patinar en invierno y un castillo ( Vajdahunyad) que, en realidad, no lo es dentro de un parque donde dar un agradable paseo.

Budapest es famoso por sus aguas termales y aunque a nosotros nos nos apetecía probarlas, sí que queríamos ver el edificio. Hicimos una pequeña trampa, porque entramos por donde ponía acceso para los tickets comprados por internet, pero antes de las taquillas hay un par de ventanas desde donde se puede ver la piscina principal de los Baños Széchenyi.

 

Budapest en tres días: día 3

Lo primero que hicimos este día fue subir la colina Gellert. Aunque la Ciudadela está en obras hasta 2023, vale la pena perderse por sus senderos y llegar a lo más alto, en donde se encuentra el Monumento a la Libertad que, a pesar de estar vallado, bien vale una breve visita.

La colina lleva el nombre de otro de los balnearios más importantes de Budapest. Aquí también entramos, pero no pudimos ver ninguna piscina, únicamente la recepción.

Tras cruzar el precioso Puente de la Libertad, nos metimos de lleno en el bullicio del Mercado Central y aunque yo no soy mucho de visitar este tipo de lugares, lo cierto es que me cautivó.

Desde allí nos dirigimos a la Gran Sinagoga, con la promesa de que volveríamos más tarde para verla por dentro debido al cansancio acumulado del resto de días y al calor. No llegamos a cumplir nuestra propia promesa, porque tras irnos al hotel a descansar, dedicamos la tarde a callejear y visitar el recibidor de la Ópera.

Era nuestra última noche en la ciudad, así que nos dirigimos, de nuevo, al parlamento y tras verlo desde Pest, decidimos que había que verlo también desde Buda. Al estar el Puente de las Cadenas en obras, nos decidimos por el metro. Es una sola parada, el trayecto únicamente cruza el río de un lado a otro (sí, da un poco de yuyu si lo piensas, por lo menos a mí) y allí, sentados en frente a tal obra de arquitectura, vimos anochecer. El broche perfecto para nuestra estancia en Budapest y para este viaje de 10 días por Praga, Viena, Brastilava y Budapest.

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

Ver todas las entradas de Verónica →

Deja una respuesta