Chicago en 6 días

Este viaje lo realizamos en octubre del 2022, ha hace casi 5 meses, pero hasta ahora no había encontrado las ganas para retomar la escritura en el blog. Chicago era uno de los destino que teníamos reservado para el 2020, íbamos a pasar 15 días visitando la ciudad del viento, Seattle, Yelowstone y algún que otro lugar del estado de Washington. Aquí os dejo el link con el viaje planeado y que no pudimos realizar.

Tras mucho pensar, descartar opciones, fechas…decidimos hacer solo el viaje a Chicago y disfrutar de la ciudad durante los 6 días que estuvimos en ella. Nos habría gustado hacer el viaje que teníamos en mente, pero no pudo ser. Comenzamos…

Día 1: Primeras visitas en The Loop y cena en Lou Malnati´s

Al «centro» de Chicago se le conoce como The Loop. El viaje de Madrid a Estados Unidos fue bastante bien y se me pasó rápido. Todo lo contrario que el primer vuelo del día, Coruña-Madrid, donde tuvimos 1 h de turbulencias que hicieron que mi estómago se quedara resentido a pesar de las 2 biodraminas tomadas.

Apenas 2h30 después de aterrizar, ya estábamos en nuestro hotel, preparados para conocer la ciudad. El hotel estaba a escasos metros del Grant Park y ese fue el primer destino al que nos dirigimos. Llegamos a la maravillosa Buckingham Palace y pudimos ver los primeros rascacielos de los muchos que veríamos durante nuestra estancia.

Tras alucinar un poco con las primeras pinceladas de Chicago, buscamos un restaurante cercano. Y se dió la casualidad que había una pizzería cerca y que estaba bien valorada, el Lou Malnati´s. La masa, por supuesto, tipo Chicago, estaba buenísima. Ya llevábamos cerca de 23 horas sin pegar ojo, así que nos fuimos a la cama pronto.

Cómo llegar del aeropuerto a The Loop. Moverse por Chicago

En el aeropuerto O´Hary, tenemos que dirigirnos a la terminal 1 para pillar la Blue Line del metro. El precio es de 5 dólares. El trayecto dura unos 40 minutos y hay varias paradas por la zona. Nosotros decidimos caminar un poquito y no hacer transbordo.

Para movernos por una ciudad tan grande hicimos bastante uso del transporte público: metro y buses. Si tienes un par de días te quedarás por The Loop y posiblemente decidas caminar todo el rato, pero nosotros hicimos trayectos a barrios algo alejados y el bus siempre fue nuestro aliado cuando el metro no llegaba hasta allí o quedaba lejos. Aún así, no os dejéis engañar, caminamos de lo lindo.

La mejor opción es comprar el bono de 24 horas. Si haces más de un trayecto al día ya te compensa, ya que el de 24 h cuesra 5 dólares y el sencillo 2,5

Día 2: recorriendo el River Walk y los primeros miradores

Durante nuestros días en viaje, tuvimos un tiempo para todo los gustos. Los dos primeros días pasamos bastante frío. Recorriendo el River Walk a 5º hizo que nos lo tomásemos con calma y nos refugiásemos en varias cafeterías. No había prisa.

El River Walk, como su nombre indica, es un precioso paseo al lado del río. A las riberas del río están los edificios más espectaculares y no podíamos dejar de mirar arriba.

Torre Willis

Hacía tanto frío y viento, por algo la llaman la Ciudad del Viento, que decidimos ir a algunos de los miradores que teníamos en mente. El primero, por supuesto, fue la Torre Willis. Ver una ciudad como Chicago desde el piso 103 de un edificio es una experiencia que posiblemente no olvidarás. A estas alturas ya nos preguntábamos si nos gustaba más Nueva York o Chicago.

La Torre Willis es famosa por sus cubículos de cristal suspendidos en el aire, el Skydeck Ledge. Puedes ver la ciudad desde 360º, pero los cubículos de cristal están en un solo lado. Suele haber cola y el tiempo que pasas en ellos está cronometrado. Ya te avisan nada más poner el pie, 2 minutos y fuera.

Al principio da un poco de yuyu, pero vale la pena. Algo que no hicimos en la Torre Willis es pagar un extra para otra «atracción». Soon también unos cubículos de cristal, pero se ponen en movimiento y te «impulsan» hacia fuera, pareciendo que estés colgado en el aire viendo la ciudad. Aparte de que la entrada ya es cara por sí misma, hay que sumarle un extra y, la verdad, no nos pareció nada del otro mundo.

Union Station

La siguiente parada fue la estación de trenes de Union Station. Las estaciones de tren siempre tienen un encanto especial y en esta, además, se rodó la mítica escena de Los intocables de Elliot Ness. Sí, justo esa, la que estáis pensando, el tiroteo en la escalinata.

Millenium Park

Algo que nos sorpendió del Millenium Park fue el control de seguridad para entrar, enseñando la mochila abierta y detector de metales. No sabemos si fue por algo en concreto, pero las dos veces que fuimos, nos encontramos las colas y los controles.

En el Millenium Park se encuentran varios puntos de interés turístico, como por ejemplo Crown Fountain, diseñada por el catalán Jaume Plensa, la famosa haba, The Bean o Jay Pritzker Pavillion. Cerca de allí se encuentra la señal de inicio de la hiperconocida Ruta 66. Hay que fijarse mucho, porque es bastante pequeño y está en lo alto de una farola. Nos hacía algo de ilusión, ya que años atrás habíamos hecho un trayecto de Los Ángeles a Gran Cañón y habíamos estado también en el inicio de la ruta, en Santa Mónica.

 

Día 3: torre Hancock y crucero por el río

El segundo día en Chicago fuimos a otro conocido edificio con mirador, la Torre Hancock. Desde allí nos dirigimos al Museo de Historia de la ciudad, en Lincoln Park, y terminamos el día con un crucero por el río, la mejor manera de disfrutar de la arquitectura de Chicago.

Hay varias tarjetas turísticas y con entradas a lugares muy diversos. Nosotros compramos la Go city de 5 atracciones, que nos costó 125 dólares/persona. Con ella tuvimos acceso a las torres Willis y Hancock, al Museo de Historia de la Ciudad y al crucero por el río, además del museo de la ciencia que visitaríamos al día siguiente.

Día 4: museo de la Ciencia

Este día nos encontramos con una sorpresa nada más salir del hotel y es que justo enfrente estaban rodando una escena de la serie Chicago Fire. Solíamos verla hace unos años y nos hizo bastante gracia reconocer a los pocos actores que conocíamos de las primeras temporadas. A la tarde todavía seguían rodando y estuvimos viendo el rodaje desde recepción con un buen café.

El Museo de la Ciencia es muy interesante y hay varias frikadas como codificar un mensaje ultra secreto con la tecnología de Enigma.

Cerca del museo se encuentra un minúsculo Jardín japonés y una escultura de Yoko Ono, como estaba un buen día y nos sobraba tiempo, dimos un paseo y nos sentamos un ratito disfrutando de la calma que emanaba el lugar.

Volvimos al hotel a descansar. Y es que yo estaba particularmente cansada y con dolor de cabeza. Pensaba que era el jet lag y ya me decía para mis adentros que no volvería a viajar si volvía a experimentar algo parecido. Y sabéis qué? No era jet lag, no era simple cansancio, ni siquiera la alergia, era mi segundo COVID, aunque de eso me enteré varios días después. No me puedo creer la mala suerte que tengo, porque la primera vez que lo pasé fue unos días antes de recorrer Praga, Viena, Budapest y Bratislava en 10 días.

Al caer la noche fuimos a disfrutar de la iluminación de la ciudad y nos acercamos hasta el teatro Chicago, en donde esos días actuaban Johnny Deep y Jeff Beck.

Día 5: parque 606 y Chinatown

Al estar varios días en Chicago, pudimos visitar sitios menos turísticos, como la primera visita de este día, el Parque 606, sobre unas antiguas vías del tren y en un barrio residencial de los que que se ven en las pelis y series americanas.

Volviendo al centro, visitamos un museo pequeñito en uno de los museos del River Walk.

Si el día anterior habíamos visto el rodaje de Chicago Fire delante de nuestro hotel, este día decidimos acercarnos a la estación de bomberos donde se rueda. Estaban rodando y no nos dejaron ver absolutamente nada. Nos acompañaron muy amablemente hasta que nos perdieron de vista.

También estuvimos en el Navy Pier, que nos ofrece unas espectaculares vistas de Chicago y en el que hay varios locales de comida y regalos. Allí fue donde encontramos los souvenirs más baratos.

También nos dimos un buen paseo por el lago y por sus playas, repleto de gente haciendo deporte.

Acabamos el días en Chinatown, entre tiendas frikis y cafeterías que lo eran todavía más.

Día 6: la Villita, Ukranian Village, Greek town y Little Italy

En en este cuarto día, empezamos con la visita al barrio mexicano, La Villita. No es que tenga mucho que ver, pero rezuma ambientazo y es un paseo agradable.

La siguiente parada fue el Ukranian Village, que nos gustó muchísimo más. Paseamos por sus calles más residenciales, decoradas por aquel entonces para la celebración de Halloween, viendo ardillas revoloteando por parques y jardines y a los vecinos paseando y sacando al perro.

Desde allí nos fuimos al mural con las letras que componen la palabra «Chicago», con tan mala suerte que estaba parcialmente cubierto con coches aparcados. Comimos muy cerca de allí, en un diner vegano.

Por la tarde continuamos visitando barrios. Little Italy ya no es lo que era, ya que hace unos años se construyó el campus universitario y hoy apenas quedan signos de su pasado italiano.

En Greek town tampoco encontramos gran cosa, pero allí nos dejó el metro, así que aprovechamos para dar una vuelta.

Día 7: despidiéndonos de Chicago (see you soon)

Si los dos primeros días pasamos frío, los siguientes calor a 25º, este último día nos diluvió. Íbamos sin planes fijos, por lo que aprovechamos para ver los interiores de las dos bibliotecas que habíamos visto por fuera en días anteriores.

Era nuestro últimos día completo en Chicago y todavía no habíamos probado las famosas pizzas de Giordano´s. Siempre encontrábamos locales a reventar y en los que teníamos que esperar como 40 minutos de cola. No es que no valiese la pena, pero nunca hemos hecho cola para comer y no lo íbamos a hacer en esa ocasión tampoco. Por suerte, encontramos un local que tenía mesas libres. Por supuesto, nos sobró pizza, ya no lo habían advertido, que se fue directa al hotel para cenar.

Y de qué acompañamos esas sobras de pizza? De algo muy típico, de las palomitas de Garrett.

Día 8: vuelta a casa

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

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