Malpica

Malpica de Bergantiños es uno de los puertos balleneros (al igual que Caión, en A Laracha) que había en Galicia en el s. XVII. Fueron los marineros vascos los que fundaron esta población para que sirviese de base de operaciones. Desde Malpica se observaba el paso de las ballenas, con las islas Sisargas como promontorio internado en el mar.

Malpica de Bergantiños: qué ver

Muíños da Ribeira o de Ardeleiro

Estos molinos fueron la primera razón de nuestra visita a Malpica. Sin embargo, nuestro plan original era realizar una ruta de senderismo circular de unos 16 km (Pola costa agreste de Cerqueda e Cambre) que sale de la Iglesia de Cambre y pasa por la Playa de Riás, por la furna das Grallas, por los propios molinos y por la Croa do Castro.

Descartamos la ruta, pero no lo hicimos con este precioso conjunto de 5 molinos a pie del océano Atlántico. Antes de bajar a los molinos veremos una cruz de piedra, en recuerdo a un naufragio ocurrido en 1899, en donde murieron el patrón de la lancha «David» y sus tres hijos.

Aunque los últimos 500 metros se hacen por una pista sin asfaltar, se puede llevar el coche hasta el pie del acantilado.

Mirador de Santo Hadrián

Desde este mirador podemos obtener unas buenas vistas no solo de Malpica sino de gran parte de la costa que la rodea, así como de las islas Sisargas. En las inmediaciones de este mirador se encuentra la ermita del mismo nombre y hay también disponible un pequeño merendero. Este es uno de los puntos por los que pasa el ya célebre Camiño dos Faros.

La ermita fue construida en el s. XVII, pero renovada a principios del s. XX. El agua que fluye de la fuente cercana parece tener dotes milagrosas capaz de curar verrugas. Una leyenda, además, nos habla de que San Adrián libró a los vecinos de una temible serpiente que se alimentaba con muchos de los niños malpicanos.

Una ruta de 4 km nos lleva por el borde del mar desde el pueblo al mirador.

Faro de Punta Nariga

El Faro de Punta Nariga es el más moderno de Galicia. Fue construido en 1995 con un diseño de César Portela. Su construcción recuerda a la proa de un barco y dispone de una escultura llamada Atlante, obra de Manolo Coia que va entre una forma humana y una gaviota a punto de volar. No os perdáis las formaciones rocosas que le rodean, porque algunas son realmente espectaculares, como espectaculares dicen que son las puestas de sol desde este punto, aspecto que no pudimos comprobar en primera persona.

Malpica

Malpica no destaca por su arquitectura, pero nos ofrece un bonito recorrido a través de su paseo marítimo, su puerto y alguno de sus miradores, como el Mirador de A Cerca, al final del paseo marítimo, o desde los que están  situados en el barrio de A Atalaia (uno de mismo nombre que el barrio, el de Bufadoiro  y el de Picote da Atalaia).

En la Casa do Pescador, actual sede la cofraría de pescadores, podemos ver algunas de las obras de Urbano Lugrís, pintor gallego del que podremos conocer también visitando el Museo de Belas Artes da Coruña.  En el mismo edificio se encuentra el bar O pescador, hogar de una Rosa de los Vientos de más de 50 años.

Dolmen Pedra da Arca

Cuenta la leyenda que este dolmen fue construido por una moura, llevando las piedras sobre su cabeza mientras hilaba y amamantaba a un bebé. Para datos un pelín más rigurosos, podemos decir que este dolmen data entre el 3500 y 2700 a.C., la fase de máximo esplendor del megalítico. Es uno de los dolmenes más grandes de Galicia. En la Costa da Morte también podemos ver el Dolmen de Dombate en Cabana de Bergantiños.

Buño

Buño es un pueblo de tradición alfarera. No os podéis perder la visita al Eco museo Forno do Forte, un conjunto formado por antiguas casas de familias alfareras con taller, horno, alpendre y hórreo.  En esta ocasión no pudimos visitarlo, pero sí que lo hicimos hace unos años y es una visita muy interesante.

 

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

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