Qué ver en Munich?

Habíamos llegado la tarde anterior a Munich y sólo nos había dado tiempo a coger el metro cerca del hotel para acercarnos a Marienplatz, dar un pequeño paseo y cenar, por lo que el único día entero que íbamos a pasar en Munich tendríamos que aprovecharlo bien.
Nos levantamos temprano y, en vez de coger el metro como el día anterior, nos fuimos andando hacia el centro pero parando en los lugares que habíamos escogido.
La primera parada fue el Siegestor, la Puerta de la Victoria, cuya inspiración fue el arco de Constantino de Roma. Fue construido en honor al ejército bávaro que derrotó a Napoleón. Durante la II Guerra Mundial resultó gravemente dañado y se convirtió en un monumento a la paz. Su inscripción lo dice todo: «Dedicado a la victoria, destruido por la guerra, exhortando a la paz».
Muy cerca del Siegestor nos encontramos con una de las entradas del gran Englischer Garten, el Jardín Inglés.
Aparte de una gran extensión de campo y senderos, podemos encontrarnos un pequeño templo griego, el Monopteros, una casa de té (Japanisches Teehaus) y una torre china (Chinesicher Turm). Al lado de esta última edificación, se encuentra la cervecería al aire libre más antigua de Munich.
Otra de las grandes atracciones del Jardín Inglés es la ola. En el extremo sur del parque, en la Prinzregententrasse, nos encontramos con la ola artificial del Eisbach, tomada por varios surferos.
Continuamos hacia los jardines de Hofgarten, con su templo dedicado a Diana, y de allí a la Odeonsplatz, que marca el inicio del barrio del Maxvorstadt.
Muy cerca, nos encontramos la impresionante Residenz, aunque nosotros no hicimos la visita interior por falta de tiempo. Es el palacio donde la familia real Wittelsbach vivió entre 1385 y 1918.
Después de un buen rato, nos encontramos en la plaza central de la ciudad, la Marientplatz, con el antiguo y nuevo ayuntamiento (Altes y Neus Rathaus) y la iglesia de St. Peterskirche, desde donde obtendrás la mejores vistas de la ciudad después de subir sus 306 escalones.
 Es la iglesia más antigua de la ciudad y la torre, de 92 metros, es conocida como Alter Peter (viejo Pedro)
Tras recuperar fuerzas en un restaurante cercano en donde disfrutamos, una vez más, de la cerveza alemana y de un estupendo Apfelstrudel nos dirigimos hacia el Dom, la catedral de Nuestra Señora, Frauenkirche. Fue construida entre 1468 y 1488. Es la iglesia más alta de la ciudad, con sus dos torres gemelas de 99 metros.
Una curiosidad sobre esta iglesia es que ella se encuentra La pisada del diablo (según la leyenda el diablo la dejó cuando curioseaba mofándose de la iglesia sin ventanas que Halsbach había construido. Según otra versión de la leyenda el diablo hizo un trato con el constructor para que no hubiera ventanas en la iglesia. Pero el demonio fue engañado por el inteligente constructor, que dispuso las columnas de manera que no se viera ninguna ventana desde cierto lugar a la entrada del templo. Cuando el demonio descubrió que había sido engañado la iglesia ya había sido consagrada. Pero dejó la pisada a la entrada donde estuvo – Wikipedia)
La Karlsplatz y la Karlstor medieval constituyen una de las entradas al Altstadt (casco histórico). En ella, en invierno, podrás usar la pista de patinaje que ponen para la ocasión.
Nuestro recorrido por Munich estaba llegando a su fin y lo haría en la Köninsplatz. La inspiración de esta plaza proviene de la Acrópolis de Atenas. Está presidida por un prolpileo de columnas dóricas y dos museos con forma de templo. Los nazis añadieron unos cuantos edificios más y la utilizaron para sus desfiles.
A la mañana siguiente partíamos hacia nuestra pequeña ruta por Baviera, pero antes teníamos una visita obligada a media hora de Munich, el campo de concentración de Dachau.
Dachau fue el primer campo de concentración construido por los nazis en 1933. Se cree que en él murieron alrededor de 43000 personas. La entrada es gratis pero os recomendamos que alquiléis una audioguía que os ayude a entender mejor el lugar.
Nada más entrar nos encontramos esta inscripción: Arbeit macht frei (El trabajo libera). Como curiosidad, contaros que a la semana siguiente de haber estado allí, esta inscripción desapareció. Desconozco si ha sigo encontrada ya por las autoridades competentes.
Este monumento, situado en la plaza central en donde se pasaba revista a los prisioneros contiene la inscripción «Nunca más» en inglés, francés, yidis, alemán y ruso.
La visita al museo es sobrecogedora, al igual que los barracones, con sus baños, literas…, por no hablar del crematorio y la cámara de gas, camuflada como ducha.
Es una visita dura. Nada más entrar y ver las dimensiones del recinto e imaginártelo lleno de prisioneros se te encoje el alma. Necesité unos minutos para serenarme y no ponerme a llorar pensando en el sufrimiento de todos aquellos hombres. La situación empeoró cuando entramos en la cámara de gas. Cuesta imaginarse que pueda haber tanta maldad en el mundo. Allí sí que no pude contener la emoción y las lágrimas empezaron a brotar. Tuve que salir de allí corriendo, pero aún así os recomiendo la visita. Es un recordatorio de algo horrible que jamás puede volver a ocurrir.

Verónica

Escribiendo sobre viajes, escapadas y rutas de senderismo desde 2009. Técnica Superior en Agencias de Viajes.

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7 comentarios en «Qué ver en Munich?»

  1. Veo que aprovechasteis bien el tiempo en Munich 🙂 Y que disteis un buen paseo, porque solamente lo inmenso que es el parque… Uff… Menuda caminata.

    Dachau lo tengo pendiente para una futura visita, espero que el año que viene, que me pilla todavía con mi hermana por la zona. Tiene que ser sobrecogedor…

    Un abrazo!

  2. Después de haber visitado el norte de Alemania, toca el sur en una futura visita.

    Munich me llama mucho y en especial la visita a Dachau, dura, pero seguro que tan recomendable como la que hicimos cerca de Berlín a Sachsensausen.

    ¡Saludotes!

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