Seguimos hablándoos de nuestro roadtrip del mes de septiembre por Aragón y Navarra y hoy le toca el turno a la capital de Navarra, Pamplona.
Atentos porque si os preguntáis qué ver en Pamplona o qué ver en Pamplona en un día, os lo vamos a contar todo!
Lo cierto es que Pamplona no estaba entre nuestros planes iniciales. En un viaje de 15 días en los que pretendíamos hacer senderismo y disfrutar de la naturaleza, las ciudades no tenían cabida. Sin embargo, el día que visitamos las cercanas Foz de Lumbier y Foz de Arbayún, dormimos a unos 15 minutos del centro y decidimos acercarnos para dar un breve paseo y cenar.
Llegamos a última hora de la tarde y empezaba a lloviznar, por lo que tras aparcar en la Plaza del Castillo, nos dirigimos por la Calle Estafeta para después acercarnos a la Plaza Consistorial. Ese breve paseo nos supo a poco y decidimos que un par de días después, luego de visitar la Selva de Irati y el Nacedero del Urredera, le dedicaríamos un día.
Una foto publicada por Deambulando con Artabria (@deambulando_con_artabria) el 18 de Sep de 2016 a la(s) 1:35 PDT
Este segundo día llegamos a Pamplona desde Olite, en donde estaríamos alojados 3 noches. El viaje se nos hizo bastante rápido y enseguida estábamos aparcados, de nuevo, en la Plaza del Castillo que es, además, uno de los centros neurálgicos de Pamplona y al estar en el centro nos permite perfectamente ver Pamplona en un día.
Lo primero que hacemos es dirigirnos a la Oficina de Turismo situada en la Plaza Consistorial y, tras hacernos con un callejero, empezamos nuestra pequeña ruta con ganas de encontrar un rincón precioso que había visto en una foto y que no sabía donde estaba. Resultó ser un antiguo albergue de peregrinos en el Rincón del Caballo Blanco que hoy en día es un mesón en donde muchos peregrinos se toman un refrigerio.
Una foto publicada por Deambulando con Artabria (@deambulando_con_artabria) el 22 de Sep de 2016 a la(s) 6:19 PDT
Enfrente de la oficina de Turismo se encuentra la Iglesia de San Saturnino y ahí enfilamos la Calle Mayor con locales preciosos a los que pensábamos volver un poco más tarde. La Calle Mayor desemboca en el bello parque de La Taconera, flanqueado a un lado por la Plaza Recoletas con su Basílica y por otro por la iglesia de San Lorenzo.
El parque de la Taconera es el parque más antiguo de Pamplona y en él se conservan todavía algunos fragmentos de la antigua muralla. Precisamente, en los fosos de la muralla se conservan todavía especies como ciervos o pavos reales. Continuamos por el parque hacia el Portal Nuevo, una de las puertas de la muralla datada de 1571 y que es también la entrada al Paseo de Ronda. Durante el paseo nos encontramos con el Museo de Navarra y ya, más adelante, los Corralillos en donde esperan los toros durante el San Fermín, el Palacio Real o la Basílica de San Fermín de Aldapa.
Llegamos, por fin, al tramo mejor conservado de las Murallas, con el Portal de Francia y el Rincón del Caballo Blanco
Desde el Rincón del Caballo Blanco nos dirigimos hacia la Catedral de Santa María la Real, bajando por la calle Curia que unos metros más adelante se convierte en la calle Mercaderes que desemboca en la Plaza Consitorial.
Si giramos a la izquierda por la famosa calle Estafeta o por calle Chapitela estaremos, de nuevo, en la Plaza del Castillo. Y ya que estamos en la plaza, por qué no tomar algo en el Café Iruña? El Café Iruña fue el primer establecimiento con luz eléctrica de la ciudad pero es todavía más famoso porque Ernest Hemingway empezó aquí varias de sus novelas.
Una foto publicada por Deambulando con Artabria (@deambulando_con_artabria) el 22 de Sep de 2016 a la(s) 11:08 PDT
Nuestra visita de Pamplona en un día llegaría a su fin con dos últimas paradas, la Plaza de Toros y casi enfrente el Monumento al Encierro.
Si os queda tiempo y os apetece disfrutar de los numerosos parques de los que dispone Pamplona, la Ciudadela es el mejor de ellos, ya que se encuentra entre lo que queda de la antigua fortificación amurallada del s. XVI.
Pamplona es otra de las capitales de provincia que me quedan por conocer!! Pero yo iría como vosotros, fuera de los San Fermines, que en fiestas debe ser imposible.
Mari Carmen, yo creo que en fiestas no iría ni loca. Además, como que no me gusta mucho el tema de las corridas y los encierros. Eso sí, la ciudad es preciosa