Tras contaros nuestro itinerario por Polonia en una semana, es hora de empezar a hablaros con más detalle de los lugares que visitamos. La primera ciudad fue su capital, Varsovia, en donde pasamos 3 noches. Las dos primeras nada más aterrizar y la tercera justo antes de volver, para ello, nos alojamos en los Apartamentos Maison de Luxe (super céntricos) y en Pokoje Goscinne Anna Airport (a 5 minutos en coche del aeropuerto de Modlin).
Varsovia nos encantó, a pesar de la cantidad de gente que decía que no merecía una visita y que nos centrásemos en Cracovia. Estuvimos dos noches, pero sólo un día entero y nos supo a poco. Nos habríamos quedado un par de noches más y eso sin contar los museos que nos habría gustado ver, que ya se sabe que restan bastante tiempo y sueles sacrificarlo callejeando por la ciudad en cuestión.
Nuestros apartamentos estaban en el centro y al madrugar nos encontramos la ciudad casi vacía. Lo primero que hicimos, tras desayunar (que el desayuno es sagrado 😁) fue dirigirnos a la Ciudad Vieja (Stare Miasto), Patrimonio de la Humanidad, para empezar viendo la Plaza del Castillo (Plac Zamkowy), con la columna de Segismundo en el centro. Esta columna, como gran parte de la ciudad fue derribada durante la II Guerra Mundial, pero la estatua sobrevivió y fue colocada sobre una nueva columna. Enfrente nos encontramos el Castillo Real (Zamek Królewski), copia del original. Se puede visitar su interior, aunque nosotros por falta de tiempo decidimos no hacerlo.
Desde la Plaza del Castillo nos dirigimos a la Plaza de la Ciudad Vieja (Rynek Starego Miasta), en donde nos encontraremos edificios con una gran variedad de estilos (renacentistas, barrocos, góticos y neoclásicos) y que están, en su mayoría, reconstruidos. En esta plaza se encuentra el Museo de Varsovia en donde podréis aprender más sobre el proceso de reconstrucción de esta bella ciudad después de la guerra.
La sirena que se encuentra en el centro de la plaza viene con leyenda incluida. Se dice que la Sirena de Varsovia (Syrenka Warszawska) nadaba por el río Vistula cuando un maligno comerciante la capturó. Los marineros de Varsovia fueron a su rescate y ella juró protegerles a ellos y a todos los habitantes de la ciudad. Muy cerca, se encuentra la Catedral de San Juan, restaurada en la posguerra manteniendo su estilo gótico.
Volvemos sobre nuestros pasos porque queríamos subir a la terraza panorámica en la Plaza del Castillo, la Taras Widokowy, que por 6 pln te ofrece estas maravillosas vistas: la ciudad vieja y el distrito financiero a lo lejos. Si os fijáis, se aprecia la silueta del Palacio de la Cultura y la Ciencia, del que os hablaremos un poquito más abajo.
La siguiente parada sería la famosa Barbacana (Barbakan), una imponente fortaleza con una torre defensiva semicircular y de ladrillo rojo. A lo largo de su muralla podéis ver multitud de músicos callejeros y vendedores de arte, así como alguna tienda de antigüedades a las que vale la pena entrar aunque sólo sea por echar un vistazo.
En la Barbacana se encuentra esta emotiva escultura del Niño Soldado (Mały Powstaniec), en honor a todos los niños que lucharon y fallecieron durante el Levantamiento de Varsovia de 1944.
El edificio que está al lado del Monumento al Levantamiento de Varsovia y que se corresponde con el Tribunal de Justicia es esta maravilla que podéis ver en la foto de abajo. A mí me pareció, francamente, espectacular.
El monumento fue inaugurado el 1 de agosto de 1989, coincidiendo con el 45º aniversario del fallido levantamiento. Se trata de una serie de esculturas en bronce que representan a los soldados del ejército polaco. Algunos emergen entre los escombros de la ciudad y otros descienden por una alcantarilla. Tuvimos que esperar un buen rato para poder sacar fotos porque había un par de influencers haciéndose fotos con todo tipo de ropa. No cabe duda de que es un acto que nos da vergüenza ajena, creo que hay cosas que hay que respetar y monumentos como éste, con tanto significado, debería ser una de ellas.
Tras fotografiar el Monumento al Levantamiento de Varsovia me empeñé en ver la Ciudadela (Cytadela) y una de sus puertas, la Brama Stracen, en donde se ajusticiaban a los prisioneros políticos tras el alzamiento de 1863. Me empeñé y lo conseguí y ahora os digo que no vale la pena la caminata que nos dimos (un rodeo de varios kilómetros) para verla. Es cierto que vas viendo los cientos de metros de muralla de esta fortaleza militar del s. XIX, pero ese tiempo lo habríamos aprovechado mejor en otros de los muchísimos puntos de interés de la ciudad.
De todas formas, el camino nos llevó a otro de los puntos que queríamos ver, el Parque de las Fuentes Multimedia, que en temporada alta ofrecen espectáculos de luz y sonido.
Y de parque en parque y tiro porque me toca, porque la siguiente visita eran los Jardines Sajones del s. XVIII, inspirado en Versalles, fue el primer parque público de Varsovia. Aquí se encuentra la Tumba al Soldado Desconocido, con un emotivo y concurrido cambio de guardia que transcurre entre la tumba y el palacio Radziwill, a cada hora en punto. Los domingos, el cambio, es mucho más solemne.
La última visita antes de que anocheciese fue el Palacio de la Cultura y la Ciencia, en el distrito financiero. Aunque parece ser que a los vecinos de Varsovia nos les gusta este gran edificio, a mí me encantó. Tanto su exterior, como su sorprendente interior y mucho más por las vistas que ofrece desde la terraza mirador situada en el piso 30º. Se compran las entradas en el hall y luego toca hacer cola para uno de los dos ascensores que te suben hasta los 115 m.
Nos recordó un poco a la Torre Montparnasse de París, que los parisinos odian y que los turistas amamos por las estupendas vistas que ofrece.
El edificio es el más alto de la ciudad y fue una muestra de amistad de la Unión Soviética y construido en la década de los 50 del siglo pasado. No os recuerda un poco a los rascacielos de Nueva York?
Y así terminaba el día turístico por Varsovia. Nos quedaron muchas cosas por ver y por hacer, pero creo que aprovechamos bien el día. Mi aplicación del móvil dice que caminamos 20 km, pero tengo comprobado que al llevar desactivado el GPS mide la distancia por lo bajo, así que imaginaos la caminata que nos pegamos. Y sólo era el primer día de viaje!!!
Si vosotros disponéis de más tiempo, acercaros al Parque Lazienki, con su llamativo palacio sobre el agua y no dejéis de caminar por algunas de las calles con más encanto de Varsovia: como Ul Krakowskie Przedmiéscie o Ul Nowy Swiat.
En algunos puntos de la ciudad encontraréis estas baldosas que delimitan el antiguo muro del gueto, al igual que nos pasó en Berlín, es sobrecogedor.
Y si queréis comer en un sitio típico (no ofrecen cenas), acercaros a los «bares de leche». Tenéis uno justo al lado de la Barbacana. Nosotros no pudimos probarlo porque los lácteos no siempre me sientan bien, pero debe ser toda una experiencia.